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Una vez que se ha pinzado la aorta y se controla la hemorragia, se continúa con la operación como si se tratara de una intervención programada.

Si no se ha logrado tener una vena central y presión arterial directa, es el momento de hacerlo. Si se tiene la yugular, ahora mediante la introducción de un Seldinger puede instalarse un catéter de arteria pulmonar que aportará mucha información en un paciente que no cuenta con ninguna evaluación ni optimización en el preoperatorio.

De acuerdo a las condiciones hemodinámicas del paciente, la anestesia se continúa con altas dosis de Fentanyl (10-20 mcgr/kg), agregando o no N2O.

*Es preferible no usar anestésicos halogenados pues son todos depresores cardiovasculares, y se desconoce el estado previo del paciente.

**Antes del declampeo se trata de llevar la PCP hasta 10 a 20 mmHg o en su defecto, la PVC a 10 a 15 cmH2O, para minimizar la hipotensión que ocurre tras el declampeo, que debe ser suave y escalonado.

Aunque es un tema conflictivo, es recomendable el uso de manitol o Furosemida durante el clampeo aórtico, para protección renal, y de antibióticos profilácticos, en lo posible, cefalosporinas de segunda generación.

La salida de la anestesia debe ser todo lo lenta que no pudo ser la inducción, con un período de ventilación mecánica controlada en el postoperatorio, permitiendo un recalentamiento y una completa estabilidad hemodinámica, la restauración de los parámetros ventilatorios y la eliminación y metabolismo de la anestesia residual. Ni los opiáceos ni los relajantes musculares deben ser antagonizados.