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Estos factores se sabe están relacionados a un aumento en el riesgo de caer en poblaciones ancianas. Elevado número de factores de riesgo están relacionados a un incremento en la tasa de caídas. 8% de individuos sin factores de riesgo experimentaron una caída  comparado con el 78% de individuos con 4 o más factores de riesgo (Tinetti, 1988).
Mujeres y hombres tienen diferentes resultados de una caída. Por ejemplo, las mujeres caen diferentemente que los hombres y absorben la energía mecánica en diferentes partes del cuerpo (e.g. cadera). Los hombres tienden a sufrir más traumatismo craneal que las mujeres.  
Factor de riesgo único ( e.g. la relación de caídas y medicamentos) y múltiples factores de riesgo, los efectos sinérgicos están siendo investigados en algunos estudios prospectivos y retrospectivos. Los cambios psicológicos de envejecer tal como disminución de los reflejos, aumento de la desviación postural y disminución de la agudeza visual, contribuyen a la inestabilidad que da lugar a la caída. La debilidad de la fuerza muscular y del equilibrio, reacción a la marcha así como disminución de la fuerza del esqueleto han sido consistentemente implicados en caídas en el anciano (Tinetti, 1988; Nevitt, 1989). Disminución de la fuerza de la pierna, particularmente de la cadera y tibia anterior, están correlacionadas con equilibrio y riesgo de caerse (Gehlsen, 1990).