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Las funciones físicas, por ejemplo, presión arterial, función cardiaca o estado mental necesitan ser evaluados durante la visita de atención en salud. También, las personas ancianas se les deberá preguntar acerca de antecedentes de caídas al menos una vez al año.
El método común de evaluación de funcionamiento musculoesquelético es la prueba “Párese y camine” (Mathias et al., 1986). Es una prueba confiable y válida para examinar el balance, velocidad de marcha y movilidad de personas ancianas rápidamente. Aquellas que se pueden parar de una silla sin usar sus manos, caminar varios pasos y regresar sin dificultad, no necesitan evaluación adicional. Sin embargo, las personas quienes mostraron dificultad o incapacidad, necesitan una evaluación adicional.
Una evaluación de caída incluye una revisión de múltiples condiciones médicas, medicamentos, visión, agudeza auditiva, o discapacidades de los pies, etc. También, la evaluación necesita ser realizada sobre paciente de una caída o caídos recurrentes, para distinguir el riesgo.