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El monitoreo hemodinámico del paciente que va a ser sometido a cirugía y anestesia es un recurso indispensable, ya que la mayoría de estos pacientes conllevan un riesgo de alteración fisiológica tanto en el transoperatorio como en el postoperatorio. Aunque existe controversia en cuanto a la aplicación de las diferentes formas de monitoreo, se considera que la mayoría de las ocasiones ésta será determinada por la patología del paciente, así como su estado físico valorado por las escalas de riesgo tanto anestésicos como quirúrgicos a efectuarse.     La monitorización hemodinámica del cardiópata que va a ser llevado a cirugía bajo anestesia debe de incluir:
- Electrocardiograma (osciloscopio D11-V5).
- Presión arterial (no invasiva, invasiva).
- Saturación arterial de oxígeno (SaO2).
- Capnografía.
- Presión venosa central (PVC).
- Gasto cardíaco (GC).
- Función miocárdica.
- Función pulmonar.
- Función cerebral.
- Temperatura.
- Función renal.
- Ecocardiografía transtorácica y/o transesofágica.
Deben considerarse otros monitores en situaciones especiales.
Oxímetro de pulso Éste debe ser colocado tan pronto como el paciente llegue a sala de operaciones, ya que provee saturación de oxígeno continuo y predice hipoxemia que puede ser secundaria a premedicación mientras se logran accesos venosos.