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Algo de la primera evidencia de la importancia de la perspectiva en toda la vida para entender a los desordenes del uso del alcohol surge hace menos de 10 años en un análisis de datos derivados del Estudio Nacional Epidemiológico del Alcohol de NIAAA (NLAES). Este análisis indicó que personas que comenzaron a beber a edades más tempranas tienen incremento de riesgo significativo para el desarrollo de alcoholismo. Este hallazgo fue replicado en el estudio NESARC reciente, como se muestra en la diapositiva. Estos datos muestran que personas jóvenes quienes inician a beber antes de los 15 años fueron 15 veces más probable que desarrollaran dependencia al alcohol durante el resto de su vida en comparación con aquellos que iniciaron a beber a los 21 años. Esto es real para individuos de familias cuyos padres tuvieron historia de alcoholismo (Historia de padres positiva) y para individuos sin historia de padres (Historia de padres negativa). Por lo tanto, mientras la historia de padres claramente contribuye al riesgo de desarrollar alcoholismo, como reflexión de los factores de riesgo genéticos; inicio temprano en la bebida es también un predictor importante del desarrollo eventual de alcoholismo.