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La principal ruta para el metabolismo del alcohol es encontrada en el hígado e involucra la enzima deshidrogensa del alcohol (ADH). El alcohol es metabolizado a acetaldehído, una molécula altamente reactiva y potencialmente tóxica. En muchas circunstancias, acetaldehído es rápidamente metabolizada por otra enzima, la aldehído deshidrogenasa (ALDH) a acetato. Debido a la rápida conversión enzimática de acetaldehído a acetato, la concentración de acetaldehído en la célula es típicamente mil veces inferior al la de alcohol, y el producto eventual de este camino, acetato. Ambos, alcohol y acetato, son encontrados a niveles milimolares después de beber, mientras que acetaldehído es encontrado a concentraciones micromolares. (El nivel legal de alcohol intoxicante en sangre en todos los estados en los EUA es 80 mg%, el cual es 17.4 mM.  El nivel basal normal para acetaldehído en humanos es de 9 µM, o 40 µgr%.  Después de la ingestión de alcohol, el nivel de acetaldehído en la mayoría de los individuos aumentará de 20-30 µM, o 90 – 130 µgr%.  El metabolismo de una dosis de alcohol alcanzando una concentración de alcohol en sangre de 80 mg% puede resultar en elevación de acetato tisular a 100 mg %). Cuando el nivel de acetaldehído aumenta, un individuo puede experimentar sentimientos de disforia y el potencial de reacciones tóxicas con varios componentes celuraes, aumenta.