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    Como para cualquier otra enfermedad, existen tres niveles de prevención para los defectos congénitos, los que son muy útiles para sugerir estrategias preventivas. Pero ellos no son conceptos absolutos. Así, la prevención secundaria puede también evitar complicaciones, como ocurre con las cirugías prenatales.
    Prevención primaria. Actúa sobre personas sanas, evita la enfermedad por medio de la reducción de la susceptibilidad o de la exposición a factores de riesgo. Su momento es principalmente el preconcepcional y evita los defectos congénitos.
    Prevención secundaria. Actúa sobre personas enfermas, evita la evolución y secuelas de la enfermedad a través de la detección precoz y el tratamiento oportuno. Su momento es principalmente prenatal (durante el embarazo) y evita niños afectados. P.ej.: diagnóstico prenatal seguido de la interrupción (frecuentemente) o el tratamiento, como la cirugía intrauterina para la hidronefrosis.
    Prevención terciaria: Actúa sobre personas afectadas, evitando las complicaciones de la enfermedad a través de la rehabilitación y corrección adecuadas. Su momento es principalmente postnatal y evita las complicaciones.
    Mausner JS, Kramer S (1985) Mausner & Bahn Epidemiology: An Introductory Text. W.B.Saunders Co., Philadelphia.